Tuesday, May 23, 2006

Finalmente alguien como yo

Dos días se me hicieron dos años, no podía dejar de pensar en ella y en lo que le iba a decir, claro que solo le diría que me gustaban las mujeres y no que me moría por ella, eso lo dejaría para más tarde aparte yo no sabía si ella estaba en una relación. Pasaron los dos días y la llamé, tuvimos una conversación breve por teléfono y quedé en ir a su casa por la tarde, de mi casa a la suya habían ocho cuadras así que llegué puntualita y con el corazón a mil, toqué el timbre y ella preciosa me abrió la puerta, entré tímidamente, dentro del depa estaba una señora a la que me presentó como su mamá y otra chica que me presentó como su amiga, las dos muy amigables pero mirándome de arriba abajo claro está. La conversación era algo incómoda cuando de pronto a la Pecosa, así la llamaré de ahora en adelante se le ocurrió ir a comprar, y me dijo vamos a la tienda, acompáñame. Salimos del depa y caminamos a un parque que estaba cerquita, y entonces me preguntó, ¿qué me quieres contar?, yo pasé saliba y me quedé en blanco, ella sonrió tomó mi mano y me dijo, yo sé lo que te pasa, a tí te gustan las mujeres, yo abrí los ojos y le pregunté, ¿cómo sabes? Ella contestó, no en vano te llevo unos años, me tomó de la mano y me dijo no te preocupes con una gran sonrisa dibujada, yo le confesé que no conocía a nadie así aparte de a ella, entonces me dijo, te vamos a presentar a todo el mundo, cuando dijo “vamos” yo me di cuenta que la amiga del depa era su pareja, cosa que ella confirmó y a la que llamaré la Pitbull de ahora en adelante. Finalmente el simple hecho de haber compartido con alguien ese gran secreto me había liberado, me hizo sentir literalmente como si me hubieran quitado un mundo de encima, sentía que flotaba de alegría, fue una sensación increíble. A través de la Pecosa y la Pitbull empecé a frecuentar a la gente de ambiente y los lugares gay de Lima en los años 89, 90, 91, 92. Me hice de un lindo grupo de amigos, chicos y chicas gay algunos en el closet para sus familias como yo, pero fuera de ese círculo decididos a ser fieles a nosotros mismos y vivir lo nuestro. De ahora en adelante contaré mis anécdotas en el mundo gay, mis idas a las discos, relaciones amorosas y mil historias de todo tipo, fueron unos años inolvidables en los que viví y probé casi de todo.

 
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