Friday, May 23, 2008

Nos Vemos Pronto Mi Mulato

Papito, nunca hubiera imaginado que la conversación que tuvimos anoche iba a ser la última. Hablamos como en los viejos tiempos, los dos de compinches..."hay chismes mulato, nada hijita"..."hay hijita hasta cuando voy a estar así", ya papito ten paciencia cuando menos lo pienses vas a abrir los ojos en el paraiso, "Dios te oiga," así va a ser papito, me deberías llevar contigo, "no tu estás joven todavía" tienes razón me tengo que quedar a cuidar a mi mami y a mi hermanita que tanto te quieren, "si hijita," Bueno papito ya descansa, mañana en la mañana te llamo a ver como amanecistes, que sueñes con los angelitos, te amo con todo mi corazón, "yo también a tí."

Foto: Nuestras manos.

Friday, May 16, 2008

Cuando La Muerte Se Acerca

En medio de esta turbulencia de sentimientos provocada por la partida de mi papi que cada día se acerca más, le pregunto a toda la gente cercana que ya ha pasado por esto, ¿qué es lo que más te ayudó a sobrellevar esta pena?

- Lo único que me consoló es el pensar que nos vamos a encontrar en el más allá, que nos vamos a volver a ver y a estar juntos en la otra vida.
- Marea a mi me ayudó el pensar que es la ley del universo y que la energía de mi padre se va a transformar y formar parte de algo hermoso.
- A mi nunca se me pasó, es una pérdida y un dolor con el que te acostumbras a vivir, y cada día que pasa se te hace más llevadero.
- A mi me ayudó mucho el nacimiento de mi hijo, su amor y alegría me hicieron las cosas más fáciles.

Todos viviremos la pérdida de nuestros padres, algunos ya lo pasaron, todos lo sobreviven y están bien y son felices, pero caray estar en medio es horrible, sintiendo ese dolor en el corazón que solo había sentido cuando alguien que amaba me había dejado, el músculo del corazón se me acalambra y me oprime el pecho, el puñal de la pérdida, ayyyyyy.
Me parece mentira estar viviendo esto aunque el año pasado recuerdo tuve dos premoniciones muy fuertes que hasta tuve miedo admitir, pero ya sentía el aleteo de la muerte acercándose.
Una tarde en la playa habíamos comido hongos y de pronto estaba mirando el mar y sentí el dolor de la pérdida de mis padres, fue algo tan profundo que hice lo imposible por salir de ese estado mental porque sentía que iba a empezar a llorar y no iba a poder parar, recuerdo que me levanté y empecé a caminar por la orilla del mar y me obligué a pensar en otras cosas y salí de esa tristeza.
La otra vez fue cuando Allison y yo empezamos a salir, no recuerdo en que momento exactamente sentí esto, pero fue en Enero y fue clarísimo, sentí que finalmente había encontrado a mi pareja de toda la vida, a mi familia, y que ahora ya mis padres podían partir, ese sentimiento fue muy fuerte, recuerdo que se lo conté a ella llorando.
Los sentimientos nunca mienten.
En estos días siento una tristeza profunda pero por suerte no estoy deprimida, no me he metido debajo de la cama ni mucho menos, sigo haciendo deporte, nadando, haciendo lo que me gusta, me tiro mi llantito de rato en rato y sigo para adelante.
Mientras Han me cortaba el pelo el lunes, me miraba en el espejo y me vi el pelo más blanco que nunca, las arrugas profundas, mi piel marchitándose. Carajo nada envejece más que las pena.

Tuesday, May 06, 2008

Tristeza Porque...

Hoy si amanecí triste, llamo a casa, hablo con mi mami que también está como todos nosotros con las emociones en un hilo, mi mulatito desahuciado, debilucho, pero presente y 100% consciente, pidiendo como quiere que sean las cosas cuando suceda lo inevitable, lo innombrable.
El día que siempre temí desde que tengo uso de razón se acerca cada vez más, mientras tanto te llamo todos los días, y te digo infinitas veces que te amo y que te extraño, tuve suerte de poder estar contigo casi un mes de poder hacerte tus masajitos, de conversar, recordar y mientras dormías como un niño pensar, pensar en toda nuestra vida juntos.
Siempre fui pegada a ti, de chica me gustaba acompañarte a visitar a la abuela y a tus hermanas, íbamos cuando regresábamos de la playa con las chitas frescas, ellas que te deben de estar esperando, contemplaban los pescados que desenvolvías del paquete de papel periódico.
También te acompañaba a visitar al abuelo a ese cerro polvoriento, no se como llegábamos con la covadonga, pero ya desde chica me gustaban los deportes de aventura, ja, ja. Hasta al mecánico iba contigo y me metía unas aburridas bravas, pero la cosa era salir de casa y tu siempre me llevabas sin poner cara de poto, nos íbamos contentos. ¿Te acuerdas cuando me llevabas a tu trabajo y yo caminaba por los hangares entre los aviones? todo olía a aceite y fierros, los aviones eran gigantescos, luego me ponía a volar mi cometa en la cancha de fulbito o me metía a jugar en esa avionetita que había en el jardín.
Mi negrito lindo, siempre me diste lo que pudiste, nunca nos faltó nada, mi bicicleta Monark para Navidad, mis patines gringos, mi paleta de frontón con mi nombre completo grabado, regalos inolvidables. Recuerdo cuando te seguía a las peñas cuando te ibas a pescar, yo exploraba por todo el cerro y tu paciente esperabas la picada. En esas épocas el mar era generoso y sacabas harto, claro que habían días malos, a veces te tocabas de nervios cuando me ponía muy al filo de la peñas y me querías meter mi cocachazo, pero nunca lo hiciste, nunca me pegaste, ni siquiera me diste un jaloneo, nada, eres una miel viejito.
Los dos siempre hemos sido playerazos, más que nadie en la familia, cuando iba de vacaciones nos íbamos solos a la playa a remojarnos en el mar, o me acompañabas a que corra mi corcho un rato y me esperabas en la orilla sin quitarme los ojos de encima, “carajo” me decías “por qué te metes tan adentro” recuerdo cada vez que entrábamos al mar te persignabas y besabas tu medallita de oro, era tu rito y siempre que ahora yo entro al mar me persigno, es la única situación en la que lo hago porque hereje soy.
Mi viejo felizmente que saqué tu pinta, no quiero desmerecer a mi mamita pero tu y yo sabemos que mi pinta viene de ti, mi color marroncito y esos ojazos que tu me regalastes.
Ni en mis peores épocas de rebelde con causa me diste la espalda, pero tampoco me apañaste nada, luego me vine y no nos vimos en años, pero recuerdo gratamente nuestras conversaciones por teléfono nos pasábamos horas hablando de todo y riéndonos, te decía papá me arde la oreja ya tengo que colgar, luego te decía “te quiero mucho” y tu me decías “pero yo más que a tí” y yo te decía “eso es imposible” y tu gozabas, cómo te reías.
En fin tengo suerte de tenerte y de todavía poder oir tu voz, talvez pase un milagro y te me curas, ya no estoy triste.

 
Bookmark and Share