Saturday, September 27, 2008

Miss Playa

Foto tomada en la playa El Silencio, verano 2008.

Wednesday, September 17, 2008

El Préstamo

Lo mejor es nunca prestar dinero a no ser que uno confíe 100% en la persona o que no te importe que no te devuelvan lo prestado. Con este post pienso poner punto final a esta historia, en el sentido de que ya nunca más voy a hacerme mala espina con lo sucedido, porque la verdad hice hígado por años. Mi papá hizo el préstamo, que es peor todavía porque por mi viejito yo le sacaba los ojos a cualquiera.
Mi padre se jubiló después de 35 años en una compañía que estos días ya no existe, después de un juicio de años recuperó su indemnización en partes y sacó su billetito.
Mi primo hermano, W. GRamos y el esposo de mi prima hermana un Che, vinieron a casa a pedirle prestado a mi viejo diez mil dólares, que por supuesto le iban a devolver con intereses y al final mi papá iba a ganarse alguito, mi padre confiado en que eran familia les prestó la suma completa. Esto pasó en 1996 aproximadamente.
Ya se imaginan el resto, pasaron los meses, los años y nada, el par de conchudos cada vez que había una reunión familiar o se escondían o salían con la de siempre “tiíto no me he olvidado de ti, bla, bla, bla.” Mi papá caballero no hacía mayor problema por mi mamá que adora al papá de W. GRramos, su hermano menor, el intocable, quién en su día tuvo su billetón y compartió con mi mami en un par de ocasiones.
Recuerdo cuando llamaba a Lima y mi padre indignado me contaba que el par de pendejos lo seguían meciendo. Yo les escribí primero a mi tío, quien con lágrimas en los ojos les dijo a mis padres que el iba a asumir la deuda de su hijo, otra mecedora. Es una historia triste porque mi tío y mis primos tuvieron años de bonanza, lujo exagerado, viajes, carros último modelo literalmente lo tuvieron todo y cuando la vida se les hizo difícil no pudieron dejar el status de niños ricos y continuaron con sus lujos y fue más importante mantener la cara para el resto que pagarle a mi padre. El Che pagó sus cinco mil después de once años, vino un día llorando a la casa, mi familia se olvidó del tiempo que había pasado y de los intereses y le agradecieron, se redimió un año antes de la muerte de mi padre.

W. GRamos mi primo hermano nada.

Cuando mi viejo se puso mal ya en el hospital mi primo le mandó mil dólares, los envió porque no se atrevió a dar cara, mi papá miró el sobre y no dijo nada. Mi padre andaba preocupado por todos los gastos que estábamos pasando por su enfermedad y quería que mi primo le pague para darnos un alivio, siempre preocupado de no mortificar a nadie.

Una tarde como yo soy hija de mi padre no pude más y llamé a mi tío, cosa que nunca había hecho antes, pero la situación era extrema y la llamada inevitable, tenía que hablar con él porque mi primo es un cero a la izquierda y porque él le prometió a mis padres que iba a pagar. La conversación fue dura, mi tío me gritó como si tuviera cinco años, me dijo que me iba a meter una cachetada por ser una malcriada y me dijo que él no le debía dinero a nadie y que me cuidara,…me amenazó, mi tío siempre a resuelto sus problema a gritos. Mi llamada ocasionó un laberinto en la familia, los GRamos estaban recontra molestos…que tal raza y mi papá qué, hasta mi madre se puso seria y seca conmigo, cosa que me dolió mucho. Por supuesto W. GRamos nunca pagó los cuatro mil.
Una noche hablando con mi papi decidí contarle la conversación con mi tío, mi padre no pudo entender su reacción. A la mañana siguiente mi padre falleció mientras mi hermano menor escribía un email esa misma mañana a los GRamos apoyándome. En fin recuerdo a través de los años a mi papi diciéndome, “éste, está esperando que me muera” y así fue. En su mesa de noche mi papi tenía como una billetera con la foto de mis dos abuelas, una estampita del Sr. de la Justicia y el contrato del préstamo firmado por los dos hombres, dobladito debajo de ésta, qué pena me dio ver eso, mi papi siempre tuvo la esperanza de que le iba a pagar, pero ya descansa en paz y no hay más que decir, y a GRamos y al Che no les deseo mal al contrario cada vez que me acuerdo de ellos estos días les envío vibra positiva y más que nada compasión y así me curo yo también.

Punto Final.

Wednesday, September 10, 2008

Hace Rato

Ya han pasado varios meses en que posteo muy poco. La verdad que entre la muerte de mi padre, mi pareja y mi trabajo, que es una locura estos días no me doy el tiempo de escribir, pero sinceramente el mayor motivo es porque siento que no me fluye la creatividad.
La muerte de mi padre todavía me tiene medio paralizada de alguna forma, estoy bien y mi vida continua aparentement normal, pero hay algo que todavía no me deja, me quedé con la tristeza colgada al cuello sin ganas de hacer mucho.

Por suerte la presencia de Ali en mi vida es lo que me ha hecho estos meses llevaderos, como es, la vida me quitó a mi papi pero me regaló a mi gran amor. Nuestro viaje juntas a Perú fue super intenso, el primer viaje en el que veía a mis hermanos después de haber salido del clóset, la alegría de estar con ella en mi tierra, pero a la vez el infierno por haber encontrado a mi padre enfermo y todo el sufrimiento que ello causó, pero en medio de toda la locura, nos fuimos a Cuzco en vez de ocho días por tres, viaje que me cayó del cielo porque estuve a punto de cancelarlo, pero definitivamente necesité la energía de esas tierras para sobrevivir lo que se me venía, también nos escapamos a la playa por unas horas un par de veces, en Lima pasaba las mañanas en el hospital con mi padre, almorzaba en casa, regresaba al hospital con ella y nos quedábamos un par de horas, luego salíamos a caminar por las calles de San Isidro, Miraflores y Barranco. Mi único día libre en Lima la subí a la 36 y nos fuimos desde Surco hasta el centro de Lima, que mirabús ni que nada, en ese viaje vimos de todo, una bronca entre pasajero y cobrador por un par de céntimos, la tanganada de gente que sube a vender cachivaches, fue un viaje duro, vi mucha miseria algo que hace tiempo no experimentaba, me sentí culpable de mi suerte, de vivir en una burbuja. En esa caminata por el centro fuimos a la Santa Inquisición, San Francisco, la Plaza de Armas en donde me tomé una chicha de cincuenta céntimos y ella un churro tipo papa rellena por el mismo precio, caminamos por el jirón de la Unión hasta la plaza San Martín y la chicha me hizo sudar frío, ya se imaginan una diarrea brava, en una librería me prestaron un bañito de milagro y me descerebré, a la gringa el churro no le hizo nada.
Por suerte Ali domina el español y mientras yo estaba en el hospital ella hacía sus visitas de rigor, Pachacamac, al museo Larco y otros lugares, la pobre tuvo que enfrentar no solo el stress de conocer a toda mi tribu pero a la vez justo llegar en ese momento de tanto dolor por el que pasaba mi familia. Por suerte mi relación con ella va de lo mejor, estamos tan contentas que ya caemos bomba, pero nos importa un rábano, ya nos tocaba.

Monday, September 08, 2008

Cielo

Me lo encontré en la puerta de un baño de un café en Mendocino, California.

 
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