Monday, March 17, 2008
Wednesday, March 12, 2008
MEDITERRANEO
Quiza porque mi niñez sigue jugando en tu playa
Y escondido tras las cañas duerme mi primer amor
LLevo tu luz y tu olor por donde quiera que vaya
Y amontonado en tu arena, guardo amor, juegos y penas, yo..
Que en la piel tengo el sabor amargo del llanto eterno
Que han vertido en ti cien pueblos, de Algeciras a Estambul
Para que pintes de azul, sus largas noches de invierno
A fuerza de desventuras, tu alma es profunda y oscura
A tus atardeceres rojos
Se acostumbraron mis ojos
Como el recodo al camino
Soy cantor, soy embustero
Me gusta el juego y el vino
Tengo alma de marinero
Y que le voy a hacer si yo...
Naci en el Mediterraneo
Naci en el Mediterraneo
Y te acercas y te vas, después de besar mi aldea
Jugando con la marea, te vas pensando en volver
Eres como una mujer, perfumadita de brea
Que se añora y que se quiere, que se conoce y se teme, ay...
Si un dia para mi mal viene a buscarme la parca
Empujad al mar mi barca, con un levante otoñal
Y dejad que el temporal, desguace sus alas blancas
Y a mi enterradme sin duelo, entre la playa y el cielo
En la ladera de un monte
Mas alto que el horizonte
Quiero tener buena vista
Mi cuerpo sera camino
Le daré verde a los pinos
Y amarillo a la jenista
Cerca del mar porque yo..
Naci en el Mediterraneo
Naci en el Mediterraneo
Joan M. Serrat (1974)
Wednesday, March 05, 2008
Monday, March 03, 2008
La Orilla Del Mar
la orilla del mar.
El agua sonora de espuma sencilla, el agua no puede formarse la orilla.
Y porque descanse en muelle lugar, no es agua ni arena la orilla del mar.
Las cosas discretas, amables, sencillas; las cosas se juntan como las orillas.
Lo mismo los labios,si quieren besar. No es agua ni arena la orilla del mar.
Yo sólo me miro por cosa de muerto; solo, desolado,como en un desierto
A mí venga el lloro, pues debo penar. No es agua ni arena la orilla del mar.
Poema de José Gorostiza (Villahermosa Tabasco, 1901 - México D.F., 1973)
El fin de semana que pasó me fui a la playa y me pasé varias horas caminando en la orilla del mar. Mis ojos miraban cada cosita como si fueran piedras preciosas, quería recogerlas todas y llevarlas a casa.
Aluciné las piedras dejando sus huellitas impermanentes en la arena, así como nosotros en la vida.
Fotos: Marea