El Perro Suicida

Milor fue el perro que acompañó a la familia de mi mamá por muchos años, un perro chusco alto, peluconcito, excelente amigo y guardián, todos lo querían y era parte de ellos. Un día a mi abuelita le regalaron una cachorrita a la que le pusieron de nombre Lulú, la cachorrita se convirtió en el engreimiento de todas mis tías, todos tenían que hacer con la perrita nueva. Algo que se entiende, cada vez que yo veo un cachorrito en la calle o donde sea un poco más y me tiro al suelo son tan lindos. Milor al ver que todos le daban bola a la cachorra y que a él lo dejaron de lado, lleno de pena decidió esconderse debajo del caño del jardín de atrás, Milor se atrincheró, el animal no quería salir para nada, pasaron los días y Milor no se movía, le llevaban la comida y tampoco comía, el perro le quitó el habla a todos y hasta cuando mi abuelito trataba de sacarlo del hueco le gruñía, nadie lo podía tocar, todos estaban preocupados pero era obvio que Milor tenía un plan, al verse relegado sintió que con la nueva perrita él sobraba en la casa. Un día por descuido mi abuelita dejó la puerta de la casa abierta y Milor esperando ese momento escapó, era día de trabajo mi abuela estaba sola y no se dió cuenta de que Milor se había ido, el perro siguió con su plan y fue corriendo hasta las líneas del tranvía en donde se hechó, finalmente el tranvía llegó, el chofer al ver a Milor paró y trató de sacarlo de los rieles, Milor le gruñía amenazante, el chofer se buscó un palo para asustarlo pero nada hizo que Milor se moviera, finalmente el chofer hizo lo inevitable acabando con la vida de Milor.
Esta es la historia real de un perro que se suicidó.
Cada vez que mi mamá me la cuenta los ojos se me llenan de lágrimas.