¿Qué pensaban que porque soy lesbiana no he probado con un hombre? ... se equivocan, recuerdo que lo hice como último recurso, pensando, en mi ignorancia, que talvez si lo hacía con un pata me iba a olvidar de las mujeres de una buena vez. Tenía 23 años y todavía estaba pitita, virgen o como le llames, ya había agarrado con mujeres pero no había tenido sexo, pero la cosa se veía venir así que un día pensé en que me iba a acostar con un pata a ver de qué diablos se trataba.
Una noche de verano la compañía para la que trabajaba hizo un tonazo en la Rosa Nautica y mi grupo de trabajo éramos las hostess, recuerdo que el tono fue con Las Chicas del Can, que estaban como querían, aunque yo tenía otra agenda esa noche, la de buscar a un pata que me guste para meterme un polvo. Fue así que de pronto ubiqué a un Colorado, maceteado, simpaticón, nos miramos a los ojos y hubo un click, el pata se me acercó y empezamos a conversar y tomarnos unos traguitos, dentro de mí pensé “este es” avanzó la noche y me dijo que me llevaría a casa, yo acepté, el plan seguía adelante, salimos de la Rosa y paramos en Barranco donde agarramos duro (durísimo, ja, ja) y parejo, qué barbaridad, el Colorado me gustó, pero esa noche el acto no fue consumado, intercambiamos fonos y el pata me llamó al día siguiente.
Acordamos en vernos en la noche, yo salí tranquila, y determinada a lograr mi objetivo, me recogió y de frente fuimos a la fábrica de su Viejo donde tenía su cuarto a donde llevaría a sus pleitos imagino, yo iba algo tensa y él recontra relajado, recuerdo que se fumó un tronchazo en mis narices, en esas épocas yo ni había olido marihuana,pero me hacía la que normalazo, el loco le metía el pie al acelerador que yo pensaba que de esa no salía viva, en fin llegamos al portón de la fábrica, tocó la bocina y el guardián nos abrió, cuadró el carro y subimos por una escalera sin baranda a un cuarto grande donde había un colchón en el suelo, un baño con ducha, un escritorio, y un foco que alumbraba tipo velita misionera, carajo ni a un telo me llevó, en fin lo que yo quería era sacarme el clavo, no estaba buscando nada más, así que no me hice paltas. El pata se sacó la ropa, recuerdo que le gustaba mostrar sus músculos, hacía poses de físico culturista, tenía un cuerpazo, yo lo miraba sentada en la cama como si nada, algo tímida claro, pensando y qué diablos hago, bueno empezaron los agarres y finalmente me saqué el clavo. Tuve mucha suerte con el Colorado, tuvimos varios encuentros y hasta me encariñé con él y él conmigo, fue un buen amante, paciente, buen profe, cariñoso y gracioso. Después de unos cinco encuentros en dos semanas, me di cuenta de que eso no era lo mío, por más que el loco me gustara, una noche saliendo del cuarto me dijo, Marea vamos a encontrarnos con unos patas a Barranco, yo estaba callada y le dije, no, mas bien déjame en el depa de este amigo en 28 de Julio, el me miró sin decir nada, y me llevó donde yo sabía estaban todos mis amigos gays, paró el carro y yo me despedí y le dije,…"que tengas una linda vida, chau."
Nunca más lo volví a ver o a saber de él.